divendres, 21 de novembre del 2014

Si...

Hola amigo. Te dije que seguiría contigo y que te leería... y aquí estoy de nuevo.

Para comenzar a hablar sobre mi excitante etapa en el Llombai me ha parecido adecuado que el punto de partida sea justamente el final.  Rememoro el momento de la graduación de mi promoción y la fabulosa quinta del 95, cuando mi antiguo tutor Pedro, también conocido como "el de la coleta" (jajajaja), recitó un poema del inglés Rudyar Kipling titulado Si... .

Este poema me resulta inspirador, con ese espíritu de superación que intenté comunicar en mi entrada de presentación, y que me ha parecido casi necesario que lo conozcas.

Aquí te lo dejo. Disfrútalo tanto como lo hice yo.

Sí...

Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando los que te rodean
la han perdido y te culpan a ti.

Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptar que tengan dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no dejas lugar al odio
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.

Si puedes apilar todas tus ganancias
y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con su deber mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
excepto la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
o caminar junto a Reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

y lo que es más: ¡serás un Hombre, hijo mío!


Un fuerte abrazo amigo mío.
(Vista del Llombai desde el tejado de un piso cercano)

4 comentaris:

  1. Molt gran Pablo i molt gran Pedro. Entrades com aquesta són les que fan gran el bloc. Espere la teua tercera entrada.

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  2. Me alegro de que te guste y no sé por qué no me sorprende que la recuerdes tú, Pablo. Para mí es un poema sobre la autonomía de la personalidad que me ha servido mucho en la vida. Al final creo que sólo hay dos errores en la vida que vienen de lo mismo, la soberbia y la cobardía, y ambos vienen del miedo. El miedo a perder algo, el miedo a que se vea lo malo en tí te hacen soberbio. El miedo a fracasar en algo o a que se rían de tí te hace cobarde. En cualquier caso, te cierras al mundo. El mensaje para mi es que si te paraliza el miedo ya estás muerto. Todos tenemos miedo, el valiente es el que se enfrenta a él.
    Un abrazo a Aureli y a Pablo

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